Para ser felices, hay que poner de nuestra parte. No hace tener mucho dinero para ser feliz. Todo depende, en buena medida, de la filosofía con la que nos tomemos la vida. Si estamos predispuestos a ser felices, es probable que lo seamos. Si solo tenemos preocupaciones en la cabeza, parece lógico pensar que tendremos las cosas mucho más difíciles para ser felices. Así que el primer truco para mejorar vuestra vida ya lo sabéis: reír mucho y mostrarle a todos la belleza de vuestra sonrisa. Y, si consideráis que no lo es, hacer que lo sea.