Existen diferentes tipos de calefacción, aunque para muchos la mejor calefacción es la de un fuego con buenos troncos sobre el que sentarte alrededor. Pero por desgracia, las casas no disponen de sitios para este tipo de fuegos, por lo que tenemos que acudir a los diferentes tipos de estufas tradicionales.
Las estufas más comunes que nos podemos encontrar son las que funcionan con energía eléctricas o las de gas. Respecto a las estufas eléctricas, tenemos que decir que no son los mejores modelos para elegir a día de hoy, pues el precio de la luz está por las nubes a pesar de que existan modelos que tienen un bajo consumo de energía. A pesar de todo, estas estufas son fáciles de mantener y no emiten gases ni humos, además de que son económicas.
Las estufas de gas son las estufas con las que un servidor ha crecido desde que es pequeño, y es que antes las casas con techos antes eran difíciles de calentar, y estas estufas eran la mejor solución pues son recomendadas para espacios más grandes gracias a su potencia y a una mejor propagación del calor. Estas estufas actualmente son realmente seguras (en comparación con las de otras épocas) y tienen mecanismos que impiden que el gas se salga, pero lo que no impiden es el olor a gas quemado, algo que hay que soportar. A diferencia de las estufas eléctricas la inversión es mayor, si bien una botella de gas dura bastante y cuesta alrededor de los doce euros.
Y aquí es donde nos encontramos a las estufas de biomasa. Este tipo de estufas se separan de las anteriores en cuanto a funcionamiento, pues no requieren de gas o de electricidad para funcionar, pues utilizan combustibles naturales para generar calor. En concreto en el artículo de hoy vamos a hablar en detalle de las estufas de pellets, siendo este combustible el objeto sobre el que hablaremos con detalle.
La ventaja de este tipo de estufas está en el tipo de combustible que utilizan y en su relación con el medio ambiente, ya que este tipo de estufas funcionan con combustibles de bajo costes y renovables (al contrario que las estufas de gas y electricidad). Quizá el único punto a destacar (ojo, no en contra) es el precio, pues la inversión inicial puede ser alta, aunque se recupera al no tener que gastar mucho dinero en combustible.
Es mejor consumir materias naturales que energía eléctrica
Hemos dicho que las estufas de biomasa funcionan con pellets, y si no has escuchado en la vida qué es un pellet es normal, ya que para nada es normal conocer qué es este material. Los pellets son un material de biomasa, que se encuentran entre nosotros desde que los primeros humanos existieron y descubrieron el fuego para calentarse y cocinar.
A día de hoy existen diferentes materiales de biomasa que se encuentran en la naturaleza los más utilizados normalmente son la leña, el carbón vegetal, las briquetas, los huesos de aceituna, cásacara de almendra, astillas y los pellets.
Los pellets son producto totalmente natural, catalogado como biomasa sólida, el cual está formado por cilindros muy pequeños, de unos pocos milímetros de diámetro. Son elaborados a partir de serrín natural seco, sin ningún aditivo, ya que se utiliza la propia lignina que contiene el serrín como aglomerante, comprimiendo el serrín a una alta presión para formar el pellet, lo que hace que los pellets tengan una composición muy densa y dura. Consiguiendo con ello un gran poder calorífico.
España es un gran fabricante de pellets, pero no en todos los lugares se produce por igual. La comunidad autónoma que más pellets fabrica es Castilla y León, llevándose el 20% de la producción de todo el país. Aunque no todas las comunidades autónomas tienen una fábrica de pellets, sí que tendrá un distribuidor muy cerca de usted que le ofrezca el pellets fabricado con material de su región o zona más cercana. De hecho, uno de los mayores fabricantes y distribuidores de combustibles de biomasa está en Estepa, Sevilla, se llama Pellets del Sur y presta sus servicios en toda España, tanto a empresas como a particulares.