Da la sensación de que, en muchas lugares tendemos a pensar que la limpieza es menos importante que en otras. Veámoslo con un ejemplo: si hiciéramos una encuesta y preguntásemos a varias personas dónde creen que es más importante una buena limpieza y le planteáramos las opciones de una nave industrial o unas oficinas, probablemente se decantaría por la primera. Aunque sólo sea una sensación, el término “nave industrial” lleva implícita una mayor sensación de suciedad.
Pero lo cierto es que no todo tiene por qué ser así. Aunque bien es cierto que da la sensación de que una oficina es un lugar más seguro y más limpio que una plataforma logística o una nave industrial, la verdad es que han existido un montón de situaciones en las que se ha demostrado que la realidad es más bien la contraria. Las oficinas son lugares que muchas veces se descuidan desde el punto de vista de la limpieza, una actuación que es un error de dimensiones estratosféricas y de la que muy difícilmente se pueden extraer unas conclusiones positivas.
Los accidentes laborales son, por desgracia, una de las varas de medir más fiables que tenemos en este sentido. Es cierto que, dentro de una nave, las bajas de personas que se producen como consecuencia de un accidente son mayores debido a que se manejan materiales mucho más peligrosos y especiales que dentro de una oficina. Pero las bajas laborales que se producen en el interior de esa oficina son dignas de estudio, porque aumentan y aumentan sin que nadie parezca darse cuenta del porqué. Y la respuesta está, en gran medida, en una baja o inexistente responsabilidad en materia de limpieza por parte de la empresa.
Un blog argentino, que responde al nombre de Trabajo como Quiero, hizo en un artículo una clasificación de 6 razones por las cuales era conveniente mantener un compromiso enorme por la limpieza en el interior de una oficina. La clasificación hacía hincapié en una mayor productividad, una mayor precisión, un menor índice de lesiones en el trabajo, una disminución del ausentismo, un control del inventario y una mejora en todo lo relativo a la organización del material que solemos usar durante nuestro día a día. Sólo con este tipo de cuestiones ya se hace evidente la necesidad de hacer caso a los consejos que aquí estamos ofreciendo.
Son demasiadas las personas que han sufrido las consecuencias de una mala limpieza, ya se produjera en oficinas o en naves logísticas e industriales. La suciedad es el enemigo número 1 de las empresas españolas, mucho más que cualquier competidor directo en el mercado. Y es que nada puede hablar peor de una empresa que una baja laboral que se produzca como consecuencia de un mal cuidado de sus instalaciones o un estado nada higiénico de las mismas. Por suerte, las empresas españolas parecen haber apostado por la limpieza, y esta vez parece que la cosa va en serio. Es lo que destaca una entidad como Stocknet del Vallès es uno de sus estudios más recientes. Y es que parece que quienes han divulgado las ventajas de la limpieza en el trabajo han terminado ganando la argumentación.
Un rendimiento feroz
Cuando, en uno de los párrafos anteriores, hablábamos de las ventajas de la limpieza, destacábamos un aumento de la eficacia. Y no es para menos. Realizar nuestra labor en un entorno limpio hace que hagamos en dos horas lo que de otro modo pueden llegar a ser cuatro. Trabajar en una oficina también puede ser sinónimo de mancharse y sufrir lesiones como resbalones, caídas o graves problemas de salud. Es evidente que la proliferación de este tipo de cosas hace que una persona pierda, si no todas, parte de sus facultades. Y también implica que la empresa pierde dinero. Todos los elementos se ponen en contra.
Todo esto por no hablar de la enorme cantidad de problemas añadidos que presentan estas situaciones. Pongamos un ejemplo, otro más: llega el verano y, como consecuencia, prolifera una gran cantidad de plagas de insectos. Si no contamos con los protectores adecuados, es posible que nuestras instalaciones puedan sufrir una invasión de una de estas plagas. Y la gravedad de esta situación se mide en la gran cantidad de millones de euros que se pueden llegar a perder por culpa de esto.
Si la rentabilidad de una empresa se mide por el grado de eficacia y eficiencia de sus trabajadores y por la calidad de sus instalaciones, apostar por la limpieza es una obligación. Una obligación que además está regulada de manera legal en leyes de tanta importancia como lo es, por ejemplo, el Estatuto de los Trabajadores. Y es que prevenir cualquier peligro, por mínimo que éste sea, es fundamental para que todos los objetivos de una organización, entidad o empresa se cumplan a rajatabla. Que no haya margen para el error y el peligro es fundamental y podría llegar a ser la diferencia entre algo tan grande como lo es el éxito y algo que implica tantos problemas como el fracaso.