Varices, estrías, manchas en la piel, celulitis. Son alteraciones en nuestro cuerpo y nuestra piel que aparecen con el tiempo y con las que no nos sentimos nada cómodas. Muchos de estos problemas se pueden resolver, en gran medida, con los nuevos tratamientos estéticos. El sector de la estética está evolucionando hacia tratamientos menos invasivos y más efectivos.
Los especialistas de Cenydiet, un centro de estética y asesoramiento nutricional de Linares (Jaén) con más de 15 años de experiencia en el sector, nos comentan que con los tratamientos actuales gran parte de estos problemas estéticos que nos preocupan, si no se pueden resolver por completo, si se pueden paliar en gran medida. Devolviendo a nuestro cuerpo la apariencia deseada.
Veremos en este artículo 4 de las anomalías estéticas más frecuentes que sufrimos las mujeres y cómo la resuelve la estética moderna.
Varices.
Las varices son venas hinchadas y retorcidas que aparecen debajo de la piel, principalmente en las piernas. Tienen un color azulado. Además de su apariencia, representan un problema de salud que influye en la mala circulación de la sangre por las extremidades. Suelen producir picor, hinchazón, dolor permanente y sensación de pesadez en las piernas.
National Heart, Lung and Bood Institute, un prestigioso instituto médico norteamericano, señala que la aparición de varices se puede deber a causas muy diversas, desde condicionantes genéticos, permanecer demasiado tiempo seguido de pie o sentado, por embarazo, por sobrepeso u obesidad, por la edad o por llevar un estilo de vida inactivo físicamente.
Los tratamientos estéticos para las varices abarcan diversas opciones, unas más agresivas y otras menos dolosas. La escleroterapia, por ejemplo, es un enfoque común que se emplea aplicando la inyección de una solución en las venas afectadas para colapsarlas.
El láser endovenoso es otra solución bastante popular y poco invasiva. En este tratamiento se utiliza un láser para calentar y cerrar las venas desde el interior, proporcionando resultados efectivos con menor molestia.
En el láser endovenoso, el procedimiento generalmente se realiza en una clínica estética. Comienza con una evaluación preliminar para determinar la ubicación y extensión de las varices. Se administra anestesia local para minimizar las molestias. Luego, se introduce una fibra óptica delgada en la vena afectada, y el láser emite energía que calienta y cierra la vena enferma desde adentro.
Tras completar el tratamiento, la pequeña incisión se cierra con sutura o adhesivo cutáneo. La recuperación suele ser rápida, permitiendo un retorno a las actividades diarias en poco tiempo.
Estrías.
Las estrías son marcas cutáneas que se manifiestan como líneas finas, a menudo de color blanco o rojizo, causadas por la ruptura de las fibras elásticas de la piel. Este fenómeno se produce cuando la piel se estira o se contrae rápidamente, superando su capacidad elástica natural. Las áreas más comunes para la aparición de estrías son el abdomen, los senos, los glúteos, y los muslos.
Las principales causas de la formación de estrías incluyen el rápido estiramiento de la piel durante el embarazo, el crecimiento rápido durante la adolescencia, el aumento repentino de peso, y en algunos casos, la influencia genética. Durante estos procesos, la piel experimenta tensiones significativas que llevan a la ruptura de las fibras elásticas subyacentes, dejando las marcas característicamente visibles.
El aspecto inicial de las estrías suele ser de color rojizo debido a la inflamación, pero con el tiempo tienden a volverse más blancas o plateadas. Aunque las estrías no representan un riesgo para la salud, su apariencia puede generar preocupaciones estéticas.
En la actualidad, diversos tratamientos poco invasivos se emplean para abordar las estrías y mejorar su apariencia. Entre estos métodos, la terapia láser se destaca como una opción efectiva y mínimamente invasiva.
Este tratamiento implica el uso de un láser fraccionado que emite pulsos de luz en áreas específicas de la piel afectada por las estrías. La energía del láser penetra en las capas más profundas de la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina. Estas dos proteínas son fundamentales para la elasticidad y firmeza de la piel.
Durante el procedimiento, se aplica un gel tópico para enfriar y proteger la piel. El especialista utiliza el láser para dirigirse a las estrías, provocando micro-lesiones controladas que desencadenan la respuesta natural de autocuración del cuerpo. A medida que la piel se recupera, se generan nuevas fibras de colágeno, lo que contribuye a mejorar la textura y apariencia de las estrías.
Una de las ventajas de la terapia láser es su capacidad para estimular la regeneración de la piel sin dañar la capa externa, lo que reduce el tiempo de recuperación.
Sin embargo, varios tratamientos pueden ser necesarios para lograr resultados deseados, ya la que la efectividad puede variar según la gravedad de las estrías y la respuesta individual de la piel.
Aunque la terapia láser y otros tratamientos poco invasivos ofrecen opciones para reducir la visibilidad de las estrías, es importante tener expectativas realistas y comprender que la eliminación completa en ocasiones puede ser imposible. Aunque después del tratamiento siempre se aprecia una notable mejoría.
Manchas en la piel.
Nos cuenta la revista médica Top Doctors que el ser humano es propenso a presentar erupciones y manchas cutáneas de diverso tipo. Se trata de un fenómeno que se llama hiperpigmentación y suele estar relacionado con la producción excesiva de melanina. Desde el punto de vista médico no suelen representar ningún riesgo para la salud, aunque es comprensible que algunas personas les provoquen ansiedad. Esto se debe a la dificultad que existe para poder disimularlas, sobre todo si aparecen en zonas como la cara, los brazos o el pecho.
Existen diferentes factores que las originan. Los más habituales es la exposición solar prolongada sin protección, el avance de la edad y las alteraciones hormonales. Todo ello sin olvidar que suele estar presente una cierta predisposición genética.
Es importante saber diferenciar los tres tipos de manchas en la piel que existen. Estas son:
- Las manchas pigmentarias. Estas son pequeñas placas oscurecidas cuya causa principal suele ser la larga exposición al sol. Aparecen en las zonas expuestas como la frente, la cara, los brazos o las manos.
- Melasma. Obedecen a cambios hormonales y son manchas irregulares oscurecidas que se manifiestan en la cara o en los brazos. Son frecuente entre mujeres embarazadas y aquellas que toman regularmente píldoras anticonceptivas.
- Hiperpigmentación inflamatoria. En este caso se trata de una reacción activa de la piel ante una agresión externa. Puede aparecer, por ejemplo, cuando hemos sufrido una lesión en la piel, porque nos ha caído una sustancia ácida o hemos tenido una quemadura superficial, la piel se ha recuperado, pero en la zona dañada ha quedado una mancha. Este tipo de manchas cutáneas son habituales entre personas que han tenido acné o han experimentado reacciones alérgicas ante determinados tratamientos cosméticos.
Uno de los tratamientos más utilizados para tratar manchas en la piel es la terapia con láser Q-switched. Este método emplea un láser de pulsos cortos e intensos que fragmenta y disuelve la pigmentación irregular sin dañar la piel circundante. Durante el tratamiento, el láser se dirige específicamente a las áreas afectadas, descomponiendo las partículas de pigmento para que puedan ser absorbidas y eliminadas por el cuerpo.
El procedimiento es rápido y se aplica en algunos centros de estética. Antes de comenzar, se extiende una crema anestésica en la zona a tratar para minimizar cualquier molestia. La duración varía según el tamaño y la cantidad de manchas, pero generalmente, no se requiere tiempo de recuperación.
Pueden ser necesarias varias sesiones para lograrlos resultados deseados. Se recomienda el uso de protector solar para mantener la piel protegida después del tratamiento. La terapia con láser Q-switched ofrece una solución eficaz y poco invasiva para mejorar la apariencia de las manchas cutáneas.
Celulitis.
La celulitis es una condición de la piel caracterizada por la apariencia de depósitos grasos que crean hoyuelos y protuberancias en áreas como los muslos, los glúteos y el abdomen.
La formación de celulitis está relacionada con la distribución de la grasa y la estructura de la piel. Las fibras conectivas que atraviesan la grasa subcutánea pueden volverse más rígidas y tirar hacia abajo, creando bolsas antiestéticas. El aumento de grasa y la pérdida de elasticidad de la piel con el tiempo contribuyen a la aparición de la celulitis.
Factores genéticos, hormonales, la falta de actividad física y una dieta poco equilibrada son elementos que pueden influir en su desarrollo. En las mujeres, las fluctuaciones hormonales, como las asociadas con la pubertad, el embarazo o la menopausia, aumentan la probabilidad de desarrollar celulitis.
La radiofrecuencia es un tratamiento no invasivo utilizado con frecuencia en centros de estética para combatir la celulitis. Este procedimiento utiliza ondas electromagnéticas para calentar las capas dérmicas, estimulando la producción de colágeno y mejorando la elasticidad de la piel. Los resultados suelen incluir una reducción visible de la celulitis, un aspecto más firme y tonificado, y una mejora en la textura de la piel. La radiofrecuencia es apreciada por su eficacia y su corto periodo de recuperación.
Hoy, gracias a los modernos tratamientos estéticos, recuperar la apariencia de nuestra piel, en gran medida es posible.