Vivimos tiempos en los que la salud mental está cada vez peor entre las personas, y sobre todo es peor durante la adolescencia. La adolescencia es una época de nuestra vida que nos hace cuestionarnos cosas sobre nosotros mismos, sobre nuestro alrededor y sobre todo en general, y todo este proceso nos hace cambiar tanto, que muchos se sienten perdidos a mitad de camino y piensan en abandonar.
Por esta misma razón, está empezando a ser considerada como buena opción estudiar psicología entre las personas jóvenes que se incorporan a la universidad. Estudiar el comportamiento humano y nuestro cerebro puede ayudarnos a entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, y sin duda es algo que necesitamos hoy en día imperiosamente.
La empatía, esa gran desconocida.
Nos encontramos ante una época dudosa. Por un lado, la sociedad lucha contra las injusticias sociales, tales como la homofobia, la xenofobia y el machismo, y cada vez son más las personas concienciadas acerca de estos temas. Sin embargo, por otro lado, estamos en una época generalmente egocéntrica que vuelve a las personas a mirar sus propios ombligos en lugar de preocuparse por los problemas de los demás.
Desde que hemos empezado a incorporar las redes sociales y el uso excesivo del teléfono a nuestra vida diaria como algo normal, las personas se muestran más apáticas hacia el hecho de socializar en persona y empatizar con el otro. La superficialidad y el pensar en nosotros mismos, puede acabar envenenando a una sociedad que está creciendo, ya que los padres que están sumidos en este modo de pensar están intoxicando a sus hijos sin darse cuenta.
Esta nueva generación está tan poco preparada para socializar y tener valores propios, que se pierde con facilidad y se abruma ante los problemas del mundo, lo cual es muy peligroso para su salud mental.
¿Por qué estamos sintiendo cada vez menos empatía hacia los demás?
Son muchos los motivos por los que esto está ocurriendo en las nuevas generaciones. La exposición constante a la violencia y la deshumanización a través de los medios de comunicación y las redes sociales puede tener un impacto en nuestra capacidad para conectarnos emocionalmente con los demás. La saturación de noticias negativas y conflictos puede generar una sensación de agotamiento emocional y una disminución de la empatía.
Además de esto, las nuevas generaciones están expuestos constantemente a juegos violentos a los que pueden acceder con sus móviles, sus ordenadores o sus consolas; ya no están protegidos por edad, ni para acceder a películas violentas, ni para jugar a juegos violentos.
Tal y como nos explican los profesionales de HAYA Psicólogos, ubicados en Getafe: «el uso excesivo del móvil y las pantallas puede llevarlos también a un aislamiento social y a una falta de conexión personal. Las interacciones cara a cara y el contacto humano directo son fundamentales para desarrollar y mantener la empatía. La falta de tiempo y la tecnología pueden interferir con nuestra capacidad para conectarnos emocionalmente con los demásE
Además de esto, estamos experimentando en muchos lugares del mundo una creciente división social. Las diferencias ideológicas, políticas, religiosas y culturales pueden generar barreras emocionales y dificultar la empatía hacia aquellos que percibimos como diferentes a nosotros.
La empatía es algo que debe practicarse y enseñarse desde que uno es pequeño, sin importar la edad, y nunca es tarde para hacerlo. Para los que aun se están formando y son vulnerables, como los adolescentes y los jóvenes, puede ser beneficioso estudiar psicología para conocer la empatía, el funcionamiento del cerebro y, sobre todo, cómo afrontar el estrés de esta sociedad y el día a día.
Estudiar psicología es bueno para todos y puede acabar con estos problemas.
Conocernos y saber llevar todos nuestros nudos emocionales puede salvarnos a nosotros mismos y ayudarnos a salvar a otros de problemas muy grandes. Es por ello que estudiar nuestro cerebro, tiene como recompensa, saber cómo cesar los problemas.
La carrera de psicología está considerada como una carrera complicada con directrices complicadas de entender. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque podemos estudiar psicología de muchas maneras, siempre aplicando la formación a nuestro propio modo de aprendizaje y obtener resultados beneficiosos.
Cuando estudiamos psicología, disfrutamos de las siguientes ventajas:
- Comprenderás mejor el comportamiento de las personas (y el tuyo).
La psicología nos brinda herramientas para comprender y explicar el comportamiento humano. Estudiar psicología nos ayuda a comprender por qué las personas piensan, sienten y se comportan de ciertas maneras, lo que puede ser útil tanto a nivel personal como en diversas áreas profesionales.
- Nos volvemos aun más capaces de ayudar a los demás.
Cuando estudias psicología, adquieres conocimientos y habilidades para comprender y apoyar a otros en el manejo de problemas emocionales, relaciones interpersonales, trastornos mentales y otros desafíos de la vida. Esto, sin duda, contribuye positivamente al desarrollo de la empatía que tanta falta nos hace tener.
- Estudiar psicología contribuye a nuestro desarrollo personal.
A medida que aprendes sobre los procesos mentales y emocionales, puedes aplicar ese conocimiento para comprenderte mejor a ti mismo, tus propias motivaciones y comportamientos, lo que puede llevar a un mayor autoconocimiento y autorreflexión.
- Además, podrás elegir entre varias áreas de especialización según la que más te guste.
Puedes enfocarte en psicología clínica, psicología del desarrollo, psicología organizacional, neuropsicología o psicología social, entre muchas otras. Esto te permitirá encontrar un campo que se ajuste a tus intereses y pasiones.
Cuando acabes, además, podrás estudiar en un lugar que ayude a los demás y podrás sentirte mejor aún contigo mismo por ayudar a las personas que se sientan superadas por sus problemas o necesiten una nueva perspectiva.