Nuestros hogares de deterioran con el uso y el paso del tiempo. Lo mismo que sucede con cualquier objeto o persona, porque las personas, nos deterioramos con el paso del tiempo, nos guste o no. Razón por la que hacemos tareas de mantenimiento periódico a todo. Desde la casa hasta el coche, pasando por nuestros chequeos, los electrodomésticos o el teléfono móvil. En según qué casos, lo mejor es cambiar lo viejo por algo nuevo, en lugar de tratar de repararlo y mantenerlo. En el caso de las viviendas, no es posible hacer eso. Lo importante es cuidar la casa en la que se vive y, llegado el caso, hacer las reformas pertinentes para mantenerla en buenas condiciones de habitabilidad.
Reformas hay de varios tipos. Esencialmente, encontramos tres tipos de reformas que podemos diferenciar de la siguiente forma: las que mejoran aspectos concretos y puntuales de la vivienda, como puede ser la renovación de la carpintería, el cambio de suelo o la pintura; las que actualizan alguno de los ambientes de la vivienda como la cocina o el baño; y las reformas integrales en las que se renueva toda la vivienda.
Llegado el momento de plantearse hacer algún arreglo en la vivienda, conviene en primer lugar, definir el tipo de reforma que se quiere realizar. Una vez se tiene claro la obra a ejecutar en la casa, se puede proceder de dos formas: encargar la reforma a una empresa constructora y de reformas como BM Constructora o recurrir a un estudio de arquitectura, si se trata de algo de mayor complejidad. En cualquiera de los casos, lo esencial es contratar a profesionales que realicen la obra en el tiempo estimado y con la calidad necesaria. Para tomar la elección más adecuada, conviene contactar con diferentes empresas y obtener varios presupuestos, así como la información necesaria para decidirse por una u otra.
Vayamos por partes
En función de lo que se vaya a reformar, deberemos actuar de una manera o de otra. En el caso de querer cambiar las ventanas, lo mejor es contactar con varias empresas para que tomen las medidas y realicen un presupuesto, en el que constará el material que, puede ser madera, aluminio o PVC. En la misma obra, se puede aprovechar para cambiar las persianas e incluir persianas monoblock o un sistema de persianas graduables que se colocan en el exterior, optar por aluminio, perfiles de madera o PVC con altas prestaciones a nivel térmico. Lo más interesante es tener toda la información necesaria en cuanto a los tipos de ventanas y persianas disponibles, los costes y el tiempo estimado para realizar la obra.
Otra reforma que se puede realizar es cambiar el suelo de la vivienda. Por lo general, si se trata de obras puntuales, lo más adecuado es pensar el tipo de materiales que se pueden colocar directamente sobre el pavimento existente. De esta manera, se ahorra la demolición, suciedad, retirada del escombro, trasporte y tiempo. Además del coste económico superior que conlleva. De las opciones más demandadas podemos citar la colocación de tarima o la aplicación de pavimento continuo de microcemento de dos a tres milímetros de espesor o colocar tablas porcelánicas de tres milímetros y medio a cinco y medio. En ambos casos, es posible colocarlas sobre el suelo existente, siempre que este nivelado y en buen estado. En caso contrario, habrá que retirar el suelo hasta llegar al soporte y aplicar una capa de mortero autonivelante.
Cuando las pretensiones van más allá de una mejora puntual, como puede ser la reforma del baño o la cocina, hay que tener en cuenta otros aspectos. Para actualizar sanitarios y lavabos, es suficiente con contratar a un fontanero, pero si la idea es reformar todo el baño, incluyendo plato de ducha o bañera, sanitarios, alicatados, etc., lo adecuado es contratar a una empresa que cuente con todo tipo de profesionales del sector: albañiles, electricistas, fontanero… preparados para realizar todo el trabajo, de principio a fin.
Con la cocina, sucede algo similar, una cosa es cambiar el mobiliario y otra la distribución, renovar los revestimientos, actualizar la iluminación o incluso, tirar algún tabique. En este caso, lo mejor es contratar a un estudio de arquitectura.
Para pintar paredes o colocar algún enchufe, no es necesario recurrir a profesionales, porque uno mismo o misma, puede hacerlo. No obstante, a la hora de contratar un pintor, lo mejor es solicitar varios presupuestos a ver cuál es el que más se adapta al bolsillo.
Cabe señalar que para realizar este tipo de obras menores, no suele ser necesario solicitar las licencias correspondientes, como sucede en el caso de las reformas integrales. En el momento en el que se produce escombro, es fundamental contar con los permisos y licencias correspondientes.
Reformas integrales o como cambiarlo todo
Llevar a cabo una reforma integral implica otra serie de cuestiones más relevantes, como por ejemplo, la necesidad de contar con un proyecto, una dirección, adecuada gestión y administración de la obra para que todo salga como es debido. Para ello, hay que contar con un estudio de arquitectura que se ocupe de todo. De tal manera que se crea un proyecto que debe empezar por el proyecto y la memoria de mediciones y calidades correspondiente. Esta es la mejor manera de afrontar una reforma integral. El estudio o empresa, realiza el proyecto y memoria documentando con planos todo aquello susceptible de cambio, con la mayor precisión posible.
En la mayoría de los casos, los profesionales contratados, disponen de empresas de confianza con las que trabajar para garantizar una buena ejecución del trabajo y que este se entregue dentro del plazo y la fecha señalada, ajustándose al presupuesto pactado previamente.
Como ya hemos referido anteriormente, para acometer reformas de esta envergadura, es necesario disponer de las licencias y permisos correspondientes que señale el Ayuntamiento. Antes de empezar, hay que obtener los permisos y comunicar la obra a la comunidad de vecinos.
A partir de ahí, la obra se compone de una serie de partidas que es necesario conocer. El derribo y desmontaje previos a la ejecución real, requiere de una detallada y precisa preparación en función del tipo de obra y las características de la vivienda.
La partida de albañilería y revestimientos, se ocupa de la tabiquería nueva, el aislamiento térmico, la nivelación del suelo, colocación de los premarcos de la carpintería exterior, los sistemas de encastre de las puertas, ayudas albañilería general a fontanería, electricidad, climatización, alicatados, solados, falsos techos, etc.
En cuanto a la fontanería y el saneamiento que incluye el suministro e instalación del agua fría y caliente, la red de tuvieras de evacuación de bajantes para cocina, lavadero y cuartos de baño con sus correspondientes sanitarios, griferías y demás.
Por otro lado, hay que contar con la instalación eléctrica. La red eléctrica de distribución del interior de la vivienda, con sus correspondientes cableados, mecanismos, suministro e instalación de luces, enchufes, tomas de teléfono, antena, internet, etc.
Cuando ya está terminado todo lo concerniente a estas partidas, llega el turno de la carpintería de madera, correspondiente con la instalación de las puertas de paso, los frentes de los armarios, si procede, vestidores, rodapiés, suelos, techos… siempre que sea necesario.
Nos vamos a la cocina, donde hay que ejecutar todo lo relacionado con la instalación de los muebles y electrodomésticos antes de rematar la reforma con la carpintería exterior. En este último lugar, se colocan las ventanas y balconeras o puertas de terraza. Como broche final de una reforma integral, solo queda la pintura de las superficies, paredes, techos, barandillas, panelados, etc.
Llevar a cabo la reforma de una vivienda no es sencillo, implica muchos aspectos correlacionados entre sí que deben trabajarse en conjunto y de forma independiente, al mismo tiempo. Cuando se trata de reformas integrales, es esencial contar con un buen equipo de trabajo que sepa coordinarse de la manera adecuada para que los trabajos realizados por cada partida, no interfieran entre sí.
Una empresa de reformas o un estudio de arquitectura, son los profesionales más adecuados para realizar este tipo de obras. No es buena idea contratar por un lado al fontanero, por otro al albañil y por otro al electricista. Lo mejor es buscar un servicio integral y completo que ofrezca la posibilidad de realizar toda la obra bajo la misma dirección. Es decir, la propia empresa debe disponer de su equipo de trabajo o poseer los contactos necesarios con profesionales altamente cualificados.
Las empresas de reformas se ocupan de ofrecer una amplia gama de servicios diseñada para solventar todo tipo de necesidades. Desde pintar una vivienda hasta acometer una reforma integral con sus estudios previos y el proyecto necesario. Independientemente de lo que quieras o tengas que hacer en tu vivienda para mantenerla en las condiciones adecuadas, lo mejor es proceder con cautela y buscar al profesional o profesionales que se ocupen de todo, para que tú, solo tengas que preocuparte de disfrutar del resultado. Ten en cuenta que ante una reforma integral, hay que contar con un plan detallado en el que se incluyan todos los aspectos de la misma: diseño, materiales y acabados, plazos y presupuestos.