El estrés de las grandes ciudades y la desconexión con la Naturaleza hace que cada vez más personas opten por escapadas y una forma distinta de viajar. Ha llegado el movimiento “slow” que busca, precisamente, que tomemos también tiempo para disfrutar. El movimiento slow te invita a viajar pero no para conocer todos los países del mundo, sino para que el lugar que conozcas lo descubras en profundidad. Comer despacio, disfrutando de la comida y con productos locales. Tomarnos el tiempo de disfrutar en silencio sin programar tantas actividades que no nos queda tiempo para desconectar ni cuando estamos de vacaciones.
Olvidarnos de las listas de obligaciones para ofrecernos el espacio de reconectar con nosotros. Esto es lo que promueve el movimiento “slow” y parece ser la respuesta que muchas personas necesitaban para liberarse de su estrés acumulado durante los meses de trabajo.
A diferencia de este “fast food” que parecía llegar con fuerza, ha llegado su contrapartida. Según un estudio del Observatorio del Turismo Rural, una iniciativa de Escapada Rural, el 45,3% de los viajeros realizan 2 o 3 viajes al año y el 74,6% buscan relax y desconexión, lo que hace que el turismo rural haya aumentado tanto y ha empezado a demandarse otro tipo de negocios turísticos enfocados en recuperar la traducción y la cultura del lugar incluso en las grandes ciudades.
De ahí, la aparición en muchas grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla de los Hoteles Boutique y Hoteles Slow.
Qué es un Slow Hotel
Los Slow Hoteles son hoteles que ofrecen experiencias con historia. Estos alojamientos suelen ser gestionados por sus propietarios, relacionados directamente con la comunidad local y proponen experiencias de bajo impacto al medio ambiente y muy personalizadas y adaptadas al cliente.
En este tipo de alojamientos la personalización y el contacto con el cliente es fundamental, bien sea con eventos, gastronomía o talleres para que los huéspedes puedan interactuar con el lugar que están visitando.
Los Hoteles Boutique comparten mucho con este tipo de alojamientos, ya que su prioridad es la de ofrecer una experiencia diferente y muy personalizada en contacto con la cultura y tradiciones locales.
De hecho, muchos de estos hoteles son diseñados con apuestas arquitectónicas que integran lo histórico con lo moderno.
El Mercer Secilla es un hotel boutique que comparte muchas de las características señaladas de los slow hoteles con la puesta en relieve del patrimonio y cultura de la ciudad al integrar la Casa Palacio Castelar en esta apuesta de alojamiento exclusivo.
De esta manera, se ofrece un ambiente sobrio, clásico y perfecto para el descaso y conseguir una experiencia de viaje única. La apuesta por nuestra cultura con artistas como Agustí Puig, cuyos cuadros adornan las pareces y patios interiores con pequeñas fuentes.
Es así como esta nueva oferta de alojamientos mantienen esta línea constante de compromiso con sus clientes imprescindible para todo Hotel Boutique que se precie.
Además de la recuperación del entorno y patrimonio históricos del lugar, ya que esta renovación viene también de la nueva historia que llega con dad uno de los nuevos inquilinos que llegan al Hotel.
Este tipo de hoteles están dentro del sector del lujo, por ello cuentan también con una decoración muy cuidada acorde con el entorno.
La variedad de este tipo de Slow hoteles es muy amplia y, si bien hay muchos en grandes ciudades también son muchos los que se encuentran en entornos más naturales. Las populares escapadas rurales son el objetivo de muchos otros Slow Hoteles que buscan ofrecer experiencias relacionadas también con el yoga, la meditación y la gastronomía ecológica apuntando a un nicho de mercado más concreto.
Según un estudio de Escapada Rural, en España las Comunidades Autónomas más visitadas por este tipo de Turismo Slow son Castilla y León (20,5%), Asturias (16,2%) y Castilla La Mancha (10,4%). Cifras que parecen indicar la importancia de la distancia con capitales como Madrid y Barcelona, ya que muchas de las personas que huyen del estrés suelen vivir en estas ciudades.
Lo que sí es una realidad es el hecho de que la tendencia del Turismo Slow va en alza y cada vez más alojamientos turísticos deberán ir respondiendo a esta nueva e interesante demanda.