¿Has pensado alguna vez cuál sería el lugar perfecto para vivir en tu caso? Es probable que, en efecto, hayas dedicado algunas horas a valorar cuál sería ese municipio o entorno en el que te gustaría disfrutar de la vida, con independencia de si es más o menos posible que te traslades hasta allí e inicies una nueva vida en ese lugar. Dependiendo del trabajo que tengamos o de cualquier otro factor, podremos valorar si ese pensamiento entra dentro de la realidad o no, pero a nadie le amarga soñar con todo aquello que le haría feliz.
A continuación, os vamos a proponer algunos entornos en los que estableceros e iniciar una vida que puede ser nueva o no para vosotros. Cuando hayáis leído las diferentes propuestas, queremos que valoréis cuál es la mejor de acuerdo a vuestra manera de ser y a vuestras necesidades. Y, antes de empezar, os animamos a que peleéis por vuestros sueños. Merece y mucho la pena.
Primera propuesta: la montaña
Estamos hablando de uno de los entornos naturales más espectaculares del mundo sin ninguna duda. Es idóneo para todas aquellas personas que deseéis paz y tranquilidad a lo largo de vuestro día a día. Los pueblos de montaña suelen ser pequeños y muy acogedores. Además, tienen vistas con las que merece la pena despertarse todos y cada uno de los días de nuestra vida. Además, huelga decir que hay muchos sitios de montaña en nuestro país que destacan por lo bien que se come en sus bares y restaurantes y que destacan por sus productos más típicos.
Por si fuera poco, la montaña es un lugar perfecto para las personas que estéis enamoradas del deporte. Se trata de un entorno idóneo para que podamos disfrutar de diferentes rutas de senderismo y también rutas ciclistas. En ambos deportes, hay una gran cantidad de personas que se sienten atraídas por este entorno por el hecho de que no basta con recorrer caminos que son planos, sino que tienen diferentes subidas y bajadas, lo cual los hacen más duros pero también más divertidos.
Cada vez son más las personas que apuestan por vivir en un pueblo de montaña. Por algo será.
Segunda propuesta: un pueblo perdido
La diferencia entre esta propuesta y la anterior es que, en esta, no hace falta que el pueblo se sitúe en un entorno como la montaña. Un pueblo pequeño, aunque no tenga unas vistas espectaculares como las que puede proponer un entorno de montaña, puede tener muchas características que hagan de la vida de los lugareños una vida de calidad. Lejos de los ruidos de las grandes ciudades y del agobio que supone tener que emplear bastante tiempo para llegar al trabajo se vive mejor. O eso es lo que piensan muchas de las personas que viven en entornos como estos.
Una de las grandes ventajas de los pueblos tiene que ver con que todo el mundo se conoce y que a todo el mundo se le puede pedir un favor en un momento dado. Esto no es tan habitual en un entorno como el de la gran ciudad porque las personas que viven allí suelen ser más distantes. Es algo que ha pasado toda la vida y que da toda la sensación que va a continuar repitiéndose por muchos años que pasen, sobre todo en grandes ciudades como lo pueden ser Madrid o Barcelona. Quizá en otros lugares, como Teruel o Soria, ciudades que parecen más un pueblo grande que una ciudad en sí, la situación sea diferente.
Fijaos además cuál es una de las ventajas que tiene vivir en un pueblo. Nos la da el diario La Razón en el artículo que compartimos con todos vosotros y vosotras a continuación: existen subvenciones y ayudas para las personas que se trasladen hasta uno de esos pueblos. ¿La razón? La despoblación que sufren muchos de los municipios que se encuentran dentro de la geografía española. Hasta el 40% de los mismos están en riesgo de despoblación, un problema que se ha convertido en algo muy preocupante para las instituciones españolas y que hay que combatir sin descanso de aquí en adelante.
Tercera propuesta: el mar y la playa
Hay mucha gente a la que le encanta el mar y todo lo que esté relacionado con él. No en vano, es uno de los argumentos por los cuales hay millones de personas que todos los años visitan en verano algún municipio situado en alguna de las costas españolas. No nos extraña en absoluto que así sea: el hecho de poder disfrutar de todas las opciones de ocio que están relacionadas con el mar y poder levantarnos cada día viendo a tan solo unos metros esa enorme masa de agua azul es motivo más que suficiente para que queramos vivir cerca de la costa.
Un artículo publicado en la página web de La Mente es Maravillosa indicaba seis beneficios psicológicos que tiene vivir cerca del mar y de la playa y que vamos a reproducir a continuación:
- Induce estados de calma y relajación, algo que muchas personas necesitan después de haber estado sometidos a la presión del trabajo durante todo un año. Imaginaos no usar el mar o la playa solamente como reclamos turísticos sino que pudierais disponer de esa calma y relajación que se desprende de ellos todos y cada uno de los días de vuestra vida. ¿No sería fantástico?
- Genera emociones positivas, principalmente porque contribuye a desarrollar un sentimiento de bienestar.
- Ayuda a que de nuestra mente desaparezca todo tipo de preocupaciones, algo que está ligado directamente a lo que comentábamos en el primer punto.
- Estimula la creatividad. ¿Acaso no se os ha iluminado la mente en algún caso concreto que tenga que ver con vuestra vida en un momento en el que estáis cerca del mar?
- En relación a lo anterior, el mar proporciona claridad mental.
- Por si fuera poco todo lo que hemos venido comentando hasta ahora, la costa también hace posible que la calidad del sueño sea mucho más grande.
Vivir cerca de la costa no solo nos proporciona todos esos beneficios que hemos visto en materia psicológica, sino que también nos ofrece una variedad muy grande en materia de vivienda. En la web de Romer Denia podemos verlo perfectamente: existen apartamentos, villas, adosados e incluso áticos en esta localidad, lo cual nos habla a las claras de la variedad que existe en relación a las fórmulas de habitabilidad que están a disposición del público. Vivir en la costa no es sinónimo de tener que hacerlo en un apartamento. Esa es solo una de las muchas opciones que tenemos.
Cuarta y última propuesta: la gran ciudad
La gran ciudad también es una elección a tener en cuenta. Aunque más arriba hablábamos de los pueblos y de todas las ventajas que están asociadas a ellos, hay determinados tipos de personas que no pueden vivir sin las distintas fórmulas de ocio que son inherentes a las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Está claro que en espacios así vamos a tener muchas más oportunidades y maneras de divertirnos, con independencia de la edad que tengamos y de los gustos que hayamos ido adquiriendo durante toda la vida.
Además, es obvio que en una gran ciudad vamos a tener menos dificultades para tener un trabajo que en un pueblo. Aunque es verdad que la fórmula del teletrabajo está cambiando un poquito esa tesitura en los últimos tiempos, lo cierto es que todavía sigue siendo necesario residir en grandes ciudades para poder aspirar a esos puestos de trabajo que nos proporcionen el montante económico necesario para vivir. Ese es el motivo por el que siguen llegando personas cada año a ciudades como Madrid o Barcelona. La situación es similar en otras grandes ciudades europeas y del mundo.
Llega la hora de decidir: ¿con qué os quedaríais?
Cualquiera de las cuatro opciones que os hemos puesto sobre la mesa es garante de unos beneficios y tiene alguna cuestión en la que puede presentarse con alguna desventaja con respecto a las otras. Todo depende de cuáles sean los objetivos que tenemos en la vida y de las aspiraciones que hayamos ido coleccionando para conseguirlo. Lo importante es que tengáis claro el lugar en el que queréis estar y que las personas que conviven junto a vosotros y vosotras estén de acuerdo.
Se trata de una cuestión que tenéis que pensar despacio. Conforme pasan los años y vais creciendo como personas, tanto física como intelectualmente, vais a ir viendo cómo se va forjando una opinión en vuestro cerebro. Si habéis acudido a la playa y os ha encantado el sitio en el que habéis estado, probablemente sea esta vuestra elección de cara al futuro. Si, por el contrario, habéis disfrutado más de la montaña y de la tranquilidad que suele relacionarse con ella, es probable que tengáis planes preestablecidos para acudir a vivir a una zona como esa. Que nadie os influya de ninguna manera: la decisión es vuestra y sois vosotros y vosotras quienes la debéis tomar con vuestros propios argumentos.